martes, 21 de febrero de 2012

Lactancia

Recordando, rememorando pasajes de mi infancia, evoque las memorias de cuando fui a la finca de una amiga de mi mamá, en la cual como cualquier finca había una variedad de animales domésticos, de crianza y pastoreo; además de muchas frutas y vegetales, dónde cada mañana cantan los gallos y muy de madrugada se ordeñaban las vacas, mamíferos muy particulares y de inherente dieta consumida por todos, yo como cualquier visitante y como parte de la hospitalidad de las personas del campo mi desayuno constaba de frijoles fritos, tortilla tostada, queso y la infaltable leche recién ordeñada de una vaca pinta, una delicia que como cualquier niño disfrute muchas veces. Ahora, teniendo edad mayor, mi dieta y consumo siempre ha sido los lácteos y derivados de ese mamífero, a lo cual una mañana tomando un vaso de leche caliente me puse a pensar ¿Porque el ser humano tiene que beber la leche de otro animal y no la propia? ¿Porque ese mamífero y no la humana? Yo veo a los bebés como degustan y saborean la leche de sus madres, la consumen sin ningún problema, crecen más sanos, pero ahora ya grandes nadie consume la leche humana mucho menos elaborar una gran variedad de derivados: quesos, cremas, yogures, mantequillas, cuajadas, dulces, también la leche de vaca forma parte como ingredientes para muchos otros platillos. Ya grandes nadie se atreve a beber siquiera un sorbo de leche humana, y porque no decir oler la leche materna, una vez por error un poco probe de leche materna y su sabor me fue totalmente incómodo de degluir, como algo ahora grande me era cuasi repulsivo y cuando chico esa misma leche era manjar, entonces he ahí mi respuesta, nadie le gusta su sabor, por tal razón decidimos consumir la de éste mamífero incluso de otros como la de cabra, camello, oveja, entre otros, siempre serán de agradable sabor y textura, lo digo por experiencia propia. A lo mejor a muchos no les guste la idea de comercializar leche materna y mucho menos elaborar derivados, puede ser por contención moral, o por la no viabilidad de comerciar dicho rubro por así decirlo, además que ninguna mujer se prestaria a que la ordeñen como al susodicho mamífero. A mi siempre me gustará un vaso de leche caliente de vaca por las mañanas, echarle unas cuajadas a mis frijoles o comerme un taco con abundante crema y no tener la idea de que todo eso viene del pecho de mi madre.

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